Saturday 8 October 2016

Retorno

Tengo muchísimo tiempo de no escribir aquí, y más triste que eso es que, no he escrito (en general) en mucho, demasiado tiempo. 

Por qué? Porque he estado ocupada aprendiendo a ser mamá. Aprendiendo a amar verdaderamente incondicionalmente, a encontrar una fuente inexhaustable de paciencia, en crear un balance entre mi amor y cuidado a mi familia, y el amor y cuidado que me debo a mí misma. 

Hay días en que me siento tan feliz que quisiera gritar a todo pulmón que finalmente he comprobado que las decisiones que me han llevado a donde estoy hoy fueron las correctas, que los sacrificios y las ausencias están justificadas, que extraño a mi país, a mis papás, mis hermanos y hermana, mis sobrinos, mis primas y mi abuela un poco menos, que he dejado de velar a la Rocío que se quedó en Guatemala y no se mudó a Inglaterra conmigo...y luego hay días como los que he (sobre)vivido últimamente. 

El cansancio, la presión del trabajo, la soledad...la falta de atención, de abrazos, la inmensa responsabilidad, la falta de tiempo para reflexionar y pensar, tiempo de sólo ser... todo se va acumulando y de repente me encuentro en este lugar oscuro, pequeño y frío. 

Más que nunca dependo de mi esposo; necesito que me escuche, necesito que se interese en mí, necesito que me haga reír...y lo hace, lo hace mucho, pero él tiene sus propios retos, y me necesita a mí de vuelta. 

Aquí es donde se siente el enorme vacío que existe en mí, viviendo lejos de mi gente, y aunque él con razón me dice (me exige) que 'mi familia' ya no son mis padres y hermanos, sino él y mi hijo, dudo que sean mutuamente excluyentes o que incluso tenga sentido alguno crear una distinción.

Muchas veces me resisto de hablar de lo duro que es criar a una personita nueva e inocente, llena de posibilidades, la presión que te pones y te ponen sobre los hombros de hacerlo a la perfección, lo cansado que es en todos y cada uno de los niveles posibles: físicamente, emocionalmente, intelectualmente, espiritualmente...lo duro que es pasar de ser un individual relativamente egoísta y egocéntrico, a un individual con un dependiente; el tener una 'extensión' de ti mismo jugando por ahí, una personita que va a ser lo que tú le enseñes a ser pero que de igual manera puede resultar ser algo completamente diferente, una personita que merece toda tu atención pero que al mismo tiempo necesita que le des espacio y autonomía, quien necesita tu dedicación y tiempo, pero se beneficia de tu independencia y tu ejemplo. Son muchas cosas que balancear; cuando todo te indica que debes de entregarte a tu rol de madre, y al mismo tiempo te advierte que:

1. Tus hijos eventualmente partirán a hacer sus propias vidas, tal como tú partiste de casa de tus padres, y por eso necesitas continuar con tu propia vida;

2. La mejor receta para hijos felices son padres felices y no se puede ser feliz si se vive solamente por ellos;

3. Tener una carrera profesional es bueno para ti y para ellos, pero no te lo tomes demasiado en serio porque si lo haces te vas a poner demasiada presión y dejar de disfrutar la vida PERO no te lo tomes demasiado a la ligera porque si no siembras nunca vas a cosechar, mientras ves a tus amig@s escalar la escalera corporativa y tú cada vez tienes compañeros más y más jóvenes.

En fin, en cualquier momento va a llenarse de bulla mi casa de nuevo, y prefiero despedirme de quien sea que está leyendo este testimonio, en el silencio que hasta ahora disfruto, en uno de esos raros pero necesarios momentos de soledad que como padre te ayudan a seguir adelante.