Wednesday 8 June 2011

Pishita

Yo también te extraño.
Te extraño tanto como tú me extrañas a mí, sino es que más.
Me hace falta tu optimismo, tu incansable fe y tu energía.

Te quisiera visitando mi dormitorio cuando cansada oscilo entre gravedad y el infinito,
inventando historias, o recitando Rubén Darío.

Los rastros de tus besos y tus abrazos han caído tan profundo que ya no los veo en mi palidecida piel.
Son parte de mí.

Ya no soy la niña que te deja cartas de amor bajo la almohada.
Pero ansío impacientemente tu respuesta a mis emails.

Mi tacto evoca la textura de tu pelo,
bello y plateado,
cosquilleándome los dedos.

Los once besos que antes constituían la ceremonia de mis mimos hoy se encuentran desempleados.
Ese campo abierto que es tu pecho guarda ahora un vacío,
y yo,
floto en esta realidad paralela,
guardando el aire,
deseando nuestro próximo encuentro,
esperando a estar arropada en ti,
volver a casa,
y respirar.

Monday 6 June 2011

Ayer hablamos

Ayer hablamos. Casi no reconocí tu voz. Sonaba clara, y mayor. Y por primera vez, no tuve dificultad en descifrar tu acento. Me dijiste lo mismo que tantas veces me has dicho. Que te olvide. Que en este mundo, en esta vida, no hay espacio para nosotros (dos). Que el momento, si alguna vez estuvo, ya se fue.