Contigo aprendí que existen incontables formas de amar,
aprendí que hay abundantes modos de placer,
y que los mejores son inesperados, volátiles y voluntarios.
Aprendí que la vida no es una, sino múltiples:
las vividas, las dejadas de vivir, y las soñadas,
y que éstas se viven de manera intermitente,
dejándote después con una amalgama de recuerdos,
la mitad inventados y constantemente reconstruidos.
Alguna vez leí que la vida no es la que se vive,
sino la que se recuerda, y cómo uno la cuenta...
y, ¿cómo cuento entonces la vida que vivimos tú y yo juntos?
¿cómo regreso al país que inventamos?
¿cómo despierto a los fantasmas de los sueños que compartimos?
aprendí que hay abundantes modos de placer,
y que los mejores son inesperados, volátiles y voluntarios.
Aprendí que la vida no es una, sino múltiples:
las vividas, las dejadas de vivir, y las soñadas,
y que éstas se viven de manera intermitente,
dejándote después con una amalgama de recuerdos,
la mitad inventados y constantemente reconstruidos.
Alguna vez leí que la vida no es la que se vive,
sino la que se recuerda, y cómo uno la cuenta...
y, ¿cómo cuento entonces la vida que vivimos tú y yo juntos?
¿cómo regreso al país que inventamos?
¿cómo despierto a los fantasmas de los sueños que compartimos?
No comments:
Post a Comment