Juan Carlos Molina es una persona que irradia luz. Oírlo hablar acerca de Guatemaltecos Extraordinarios equivale a correr varias vueltas por la cuadra; te agita el corazón y te roba el aliento. El amor, la entrega y la pasión que cada célula de su ser delata por los jóvenes con los que trabaja es una inspiración. Su entrega es completa.
Hace poco más de dos años, Juan Carlos inició este proyecto de amor en el que busca (ambiciosamente) "rescatar almas", transformando las vidas de jóvenes en riesgo de delincuencia, drogadicción y pandillismo en el área del basurero municipal de la zona 3 de la Ciudad de Guatemala. Su página web, www.guatemaltecosextraordinarios.org, describe su objectivo como "que la persona descubra su esencia para revelar su naturaleza extraordinaria".
Desde hace más de 60 años el basurero de la zona 3 recibe los desechos no sólo de la ciudad de Guatemala sino de todo el departamento, y alrededor de él viven y trabajan familias en condiciones de extrema pobreza que con el paso de los años han invadido el área y construido barrios enteros de casitas hechizas fabricadas de lamina o madera (materiales que encuentran en el basurero), champitas sin acceso a agua corriente, sin sistema de tratamiento de aguas negras; colonias enteras sin escuelas o centros de salud.
Estas familias, generalmente numerosas y poco educadas, se dedican a recolectar material de reciclaje para vender, como latas, vidrio, papel o plástico, y otros objetos para cubrir sus propias necesidades básicas, como ropa y alimentos desechados. Se les conoce como "guajeros". Para hacerte una idea de su estilo de vida, mira esto.
El mundo en el que viven estos niños y jóvenes es difícil de imaginar y más aún de entender, pero Juan Carlos los describe como "niños tristes que viven en un total y completo desorden; un desorden emocional, físico y sexual".
Su mundo es un mundo de absoluta contaminación. El aire es espeso y reseca la garganta, la visibilidad limitada, el ruido incesante, la basura infinita, los olores opresivos. Sus opciones? Restringidas, digamos. Su destino es casi certero: desechos sociales, como "guajeros", como adictos (espapistas, pues) o como delincuentes, viven al margen de la sociedad, una sociedad que los etiqueta de criminales e indeseables, que los rechaza y completamente ignora.
Guatemaltecos Extraordinarios cuenta con una metodología excepcional de varias etapas, en grandes términos divididas en dos: sanación y superación. Su programa dura un espacio de dos años, y al final del camino los valientes resultan personas capaces de reconocer sus propios dones y talentos, con la convicción necesaria para trabajar en desarrollarlos y construir una vida en la que sean extraordinarios.
El camino es largo y es muy duro, muy intenso, muy profundo. Duele, es vergonzoso, es complicado. Requiere paciencia, humildad y mucho coraje. Es por eso que Guatemaltecos Extraordinarios trabaja a través de un auténtico vínculo de amistad, bajo la premisa que "solo esta auténtica relación humana permite conocer lo mas íntimo del ser humano para saber dónde sanar y revelar la extraordinaria persona que lleva dentro".
Juan Carlos citó a Albert Einstein revelando una verdad humana absoluta: "El ejemplo no es la mejor manera de enseñar, es la única". Luego imaginemos a estos niños y jóvenes, personas que no conocen más que el mundo en el que (sobre)viven, y la luz de Guatemaltecos Extraordinarios se hace más intensa. El trabajo que están haciendo por estas familias, por Guatemala, es invaluable.
Su misión es tan ambiciosa que resulta aún más extraordinario (valga la redundancia!) que el equipo se limite a tres personas. Ayudémoslos, colaboremos, seamos parte de esta delegación de esperanza. Cómo? Con tu tiempo (como voluntario) o con tu apoyo financiero (como donador). O, idealmente, de ambas maneras.
Depósitos bancarios al BANCO INDUSTRIAL, S.A., CUENTA MONETARIA No. 457-000156-0, ASOCIACION GUATEMALTECOS EXTRAORDINARIOS.
Para aportes directos, contactar a Juan Carlos Molina (+502 2471-7059).
No comments:
Post a Comment