About everything I have an opinion or thought about. My vision of the world, of all the things, places and people that make it the beautiful mess it is.
Tuesday, 13 September 2011
No me cabe en la cabeza que la mitad de los niños en Guatemala hoy se acuesten con lombrices inquietas en la pansa, casi tan hambrientas como ellos, mientras a mí me mortifica un consumismo insaciable.
No entiendo que mientras a mí me surgen dudas sobre mi atuendo al salir cada mañana,
millones de guatemaltecos se cuestionen (seriamente) si volverán a casa con vida al cruzar sus puertas.
No entiendo que querramos evadir impuestos,
y luego nos quejemos de la debilidad del gobierno.
No entiendo que en los medios se continúen formando frases que unen narco-estado o estado-fallido al nombre de Guatemala,
y que esto suceda mientras los guatemaltecos chismoseamos sobre tonterías y hacemos bromas como siempre.
No entiendo que quienes miran las drogas como simple diversión,
al consumirlas no sientan la sangre de todas las personas inocentes, que han muerto a causa de ellas, escurrir por sus manos.
No entiendo que señalemos a los narcos, a los burócratas corruptos y a los ladrones, y los culpemos por nuestra situación,
pero no estemos dispuestos a pagar salarios justos a nuestros empleados,
no estemos dispuestos a invertir más dinero (de nuestros propios bolsillos) en la educación de nuestro país,
no luchemos contra nuestra cultura de conformismo,
no quebremos el círculo vicioso de nuestros hábitos corruptos,
no invirtamos tiempo en aprender y comprender nuestros problemas en vez de distraernos con las telenovelas que nos confunden sobre lo que es fundamental, nuestra Guatemala, que nos da la vida y que igual de fácil nos la arrebata...
No sé adónde fueron a parar todos los niños de la calle que mocosos acosaban los semáforos hace unos años.
Ni sé la verdad sobre el caso de Monseñor Gerardi.
Tampoco sé qué les pasó a los 70 migrantes guatemaltecos que desaparecieron en México en mayo,
o en dónde está Cristina Siekavizza.
No entiendo en qué momento llegamos a donde estamos, pero tampoco recuerdo que las cosas hayan sido distintas en algún momento.
Guatemala...el país de la eterna primavera...y la eterna espera.
Un lugar en donde los paisajes son tan increíbles como el índice de desigualdad.
Un país poblado de gente trabajadora, amable, hospitalaria...y corrupta, indiferente y evasiva.
Orgulloso representante de buen café, ron y cerveza...nido de aspiraciones insatisfechas y sueños robados.
Pocas veces han sido los contrastes de Guatemala tan claros como ahora,
cuando débil intenta mantenerse de pie ante tantos problemas y retos que la acosan.
Guatemala es un país amado por sus habitantes, pero como bien decía mi abuelita América...el amor no es suficiente en una relación.
Se necesita respeto, trabajo constante, apreciación, cuidado...y en eso fallamos todos. Algunos por ignorancia, otros por necesidad, muchos por indiferencia.
No...Guatemala...ya no. El cambio empieza en cada uno de nosotros. Y la lucha nunca termina.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment