Hoy la prensa anunciaba los doce años de existencia de "El Periódico". En ocasión de ello Jose Rubén Zamora, presidente del diario y guatemalteco empedernido, incluyó un especial titulado "Los demonios del Estado de visita en casa: crónica de un allanamiento".
El especial es de hecho una breve reflexión de desahogo personal y sentida denuncia (24 intensas páginas). Se trata principalmente el allanamiento que fue realizado en junio del año 2003 en casa de Zamora, en presencia de su familia y como un acto de abuso de poder, ilegalidad y que resultó -no extañamente- en impunidad, incapacidad y negligencia del (patético) sistema judicial guatemalteco(el hecho se dio durante la presidencia de Portillo, nuestro inocente ex-Presidente y al parecer -sólo en Guatemala es esto posible, o más bien, y lamentablemente...no sólo aquí- próximamente diputado, porque aunque parezca una imposible pero no última burla y bofetada a la cara del pueblo guatemalteco, aquí con conectes se hace lo que se quiere).
A pesar de padecer de la enfermedad crónica del optimismo, junto a una infección -que no se me quita- de ingenuidad, me cuesta tanto, por mucho que me esfuerce, absorber la "realidad" de Guatemala. Vivimos en un país que recién cumple poco más de una década de encontrarse "en paz", y a todos nos gusta creer que las cosas han cambiado, pero a veces me pregunto si algún día cambiarán. Me pregunto si es siquiera posible.
Recientemente han llegado a mí dos frases que se han quedado grabadas en mí y me hacen daño, pero me obligan a des-censurar mis ojos. Jose Rubén Zamora se refiere a Guatemala como
"este laberinto perfecto, es decir sin salida, que llamamos Guatemala"y yo en ella aún distingo el -bastante débil- brillo de la esperanza, manchada de sufrimiento y decepción. Así mismo, en el maravillosa novela "Con Pasión Absoluta" de la autora guatemalteca Carol Zardetto se reflexiona acerca de los múltiples complejos e históricos problemas que aquejan a nuestro apesumbrado país, y se lee
"Si la razón dominara nuestras emociones, sin duda todos los largaríamos del país, encargando al último en salir que apague la luz..."
Sin duda alguna el periodismo libre es de fundamental importancia para el progreso y el combate de los males enrraizados que por años han estado a punto de derrumbar el árbol -una vez verde y fuerte- de nuestra querida y maltratada Guatemala.
El trabajo -nada fácil o seguro- de todos y todas las periodistas que luchan y se arriesgan todos los días con el afán de llevar la verdad a los hogares guatemaltecos y construir, de ella, una nueva nación que sea democrática y consciente, debe de ser aplaudido y agradecido.
Felicitaciones a "El Periódico", a todo su staff y a su valiente y trabajador Jose Rubén Zamora.
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