Cleo tiene al menos veinte años de trabajar cuidando carros en la 12 calle y 2a avenida de la zona 10 de la Ciudad de Guatemala, en frente del Géminis (donde está T.G.I.Friday's). No es originario de la ciudad, y le tocan noches duras, largas y frías la mayor parte del año. Sin embargo, nunca falta en su expresión un gesto de amabilidad, con un indiscutible toque de ternura.
El sábado pasado tuve el gusto de poder platicar con él un rato, y aunque no lo sabe, hizo mucho por mí esa noche. Y es que cuando se vive envuelta en una realidad socio-cultural como la de la Ciudad de Guate, es inevitable que la llama de la confianza, la llama del "auto-estima social" se debilite...hasta casi extinguirse. Son personas como él las que me devuelven la esperanza, son espíritus como esos los que me llenan de ganas de ser mejor y contribuir a producir los cambios que tanto necesitamos.
Le pedí que pensara en lo que quisiera pedirle a un político extranjero. Con mucho gusto, se tomó el tiempo necesario y finalmente me dio una respuesta que me cautivó; me cautivó por su humildad y por la profunda sinceridad con la que apeló a algo tan humano como el amor: la solidaridad.
La solidaridad, como el amor, es algo tan abstracto y tan mágico que hace imposible el encontrar una receta para producirla. Es algo que tiene que nacer del corazón de cada persona. De todas las personas.
No comments:
Post a Comment